viernes, 16 de septiembre de 2011

Tres Pilares de la Sostenibilidad

Triple Base de la Sostenibilidad

Antiguamente de dio una fuerte migración de los personas de países Asiáticos y entre ellos China hacia tierras latinoamericanas como Perú, las razones por las que migraron fueron muchas, como: Problemas referidos al nivel de vida, razones de tipo político, persecuciones internas en el país, guerras, tanto internas como internacionales, razones medioambientales, etc.

Estas personas migraron en busca de oportunidades laborales y de mejora en sus vidas. Las empresas acogieron a estas personas dándoles trabajo.

La migración china se puede analizar a partir de las tres bases de la sostenibilidad de las empresas.

Económico: las empresas brindaban iguales oportunidades a los trabajadores que venían de China, esto permitía a la empresa aprovechar al máximo las capacidades y el amplio potencial de todas las personas sin excepciones o limitaciones y así lograr una mayor productividad que genere mayores ingresos a largo plazo. Al tener diversidad de culturas, costumbres, ideologías, las empresas obtienen una fuente de enriquecimiento que permite una clara ventaja competitiva y por ende mayores rendimientos económicos para las empresas.
Si bien es cierto, muchas de las empresas no actuaron éticamente con estas personas, ya que no brindaban las mismas oportunidades a  las personas locales y a los chinos, esto no afecta de manera directa al siguiente pilar.

Ambiental:  La igualdad demostrada para los trabajadores inmigrantes puede generar mayores ingresos y lograr una mayor amplitud de personas económicamente activas, las cuales podrían tener un mayor acceso a los servicios que generen un impacto negativo al medio ambiente como son por ejemplo los carros, ya que estos por la contaminación atentan contra el medio ambiente. Por esto se considera que es necesario que las empresas evalúen detenidamente el tema de igualdad para los trabajadores migrantes chinos para impactar sosteniblemente con actitudes éticas.

Social: existen conflictos por cuestiones de que los empresarios actúan con ética frente a la igualdad de oportunidad de trabajo para los inmigrantes chino o no actúan éticamente frente a estas oportunidades, lo cual puede llevar a la insostenibilidad si la empresa no sabe cómo manejarlo. Este problema se da principalmente por cuestiones como el dan la misma oportunidad a una persona que no terminó la secundaria y a un egresado de la universidad independientemente si es nacional o inmigrante. Esta situación genera molestia en el trabajador y lo considera como una amenaza, lo cual puede afectar a la sostenibilidad social de una empresa. Por ellos es esencial fomentar la igualdad, de esa manera los colaboradores se sentirán motivados y comprometidos con el trabajo ya que son tratados todos de la misma manera.
Si las empresas manejan los temas de igualdad de oportunidades con ética permitirá que se genere un ambiente más estable y sostenible en la empresa.


Grupos de Interés

Grupos de Interes
Los trabajadores chinos venían bajo un contrato donde se precisaba los términos que se tenían que comprometer ambas partes, donde viajaban a Perú y debían de trabajar para el propietario de la hacienda u otro establecimiento en condiciones adecuadas que se reflejaban dentro del contrato. Dentro del mismo decía que no serian esclavos; sin embargo, el trato que se les dio fue de verdaderos esclavos se les pagaba pero no recibían buenos tratos. Los propietarios no respetaron el contrato con el objetivo de que los obreros chinos trabajen más horas pues su trabajo era bueno y aumentaba la rentabilidad de las haciendas, pues estos tenían conocimientos para trabajar las tierras.

Más adelante, el Perú y China establecieron relacio­nes diplomáticas. Los hacenda­dos creyeron que el tráfico se reiniciaría rápidamente pero éste se volvió imposible. A fin de evitar su ruina, crearon una ficción jurídica, el "recontrato" o "enganche". Aquel culí que lo deseaba podía volver a contratarse en las mismas condiciones que antes pero con una diferencia muy atractiva para los chinos: la cantidad de dinero que por el contrato recibieron antes los traficantes de semi‑esclavos asiáticos se les entregaba en proporción al tiempo de recontrata que habían aceptado. Esto permitió a los hacendados continuar tranquilos durante algunos años sin que renaciera el trauma de escasez de "bra­zos". Al recontratarse un culí, el hacendado pagaba la octava parte de lo que había pagado por los ocho años del contrato inicial con el chino, el interme­diario desaparecía. Ese adelan­to significó aproximadamente un real por cada día del año. Ese "inmenso" monto de dinero ade­lantado posibilitaba salir de la hacienda a los trabajadores chinos una vez que llegaba el momento de su libertad, pues abría el camino para incursionar en otras actividades. Sin embargo, muchos chinos ya no estaban en condición de contratados o recontratados, pues había transcurrido mucho tiempo desde que concluyeron los pla­zos de trabajo y aun continuaban laborando. Al no poder pagar los hacen­dados un mayor incremento de sueldo dejaron a los trabajadores chinos, donde los propietarios sabían en qu3e consistía la ley pero abusaban de la misma reteniendo por mas tiempo a los trabajadores.


Area Gris

Area Gris
Los trabajadores chinos venían bajo un contrato donde se precisaba los términos que se tenían que comprometer ambas partes, donde viajaban a Perú y debían de trabajar para el propietario de la hacienda u otro establecimiento en condiciones adecuadas que se reflejaban dentro del contrato. Dentro del mismo decía que no serian esclavos; sin embargo, el trato que se les dio fue de verdaderos esclavos se les pagaba pero no recibían buenos tratos. Los propietarios no respetaron el contrato con el objetivo de que los obreros chinos trabajen más horas pues su trabajo era bueno y aumentaba la rentabilidad de las haciendas, pues estos tenían conocimientos para trabajar las tierras.

Más adelante, el Perú y China establecieron relacio­nes diplomáticas. Los hacenda­dos creyeron que el tráfico se reiniciaría rápidamente pero éste se volvió imposible. A fin de evitar su ruina, crearon una ficción jurídica, el "recontrato" o "enganche". Aquel culí que lo deseaba podía volver a contratarse en las mismas condiciones que antes pero con una diferencia muy atractiva para los chinos: la cantidad de dinero que por el contrato recibieron antes los traficantes de semi‑esclavos asiáticos se les entregaba en proporción al tiempo de recontrata que habían aceptado. Esto permitió a los hacendados continuar tranquilos durante algunos años sin que renaciera el trauma de escasez de "bra­zos". Al recontratarse un culí, el hacendado pagaba la octava parte de lo que había pagado por los ocho años del contrato inicial con el chino, el interme­diario desaparecía. Ese adelan­to significó aproximadamente un real por cada día del año. Ese "inmenso" monto de dinero ade­lantado posibilitaba salir de la hacienda a los trabajadores chinos una vez que llegaba el momento de su libertad, pues abría el camino para incursionar en otras actividades. Sin embargo, muchos chinos ya no estaban en condición de contratados o recontratados, pues había transcurrido mucho tiempo desde que concluyeron los pla­zos de trabajo y aun continuaban laborando. Al no poder pagar los hacen­dados un mayor incremento de sueldo dejaron a los trabajadores chinos, donde los propietarios sabían en qu3e consistía la ley pero abusaban de la misma reteniendo por mas tiempo a los trabajadores.


Importancia en la Etica para los Negocios

      El poder y la influencia de los negocios en la sociedad son más grandes que nunca
La primera migración de chinos al Perú fue exclusivamente para ser utilizarlos como esclavos, realizando trabajos exhaustivos como obreros, cargadores entre otros. Dentro de este contexto, los chinos eran cruelmente sometidos a abusos autoritarios por sus dueños, quienes los maltrataban explotándolos en estos diversos trabajos. Estos maltratos consistían en la falta de alimentos, las extensas y largas jornadas de trabajos pero sobretodo el dominio de sus mentes en donde los insultabas y hacían creer que eran seres para el trabajo más no para superarse. Es un contexto muy vacío y a la vez cruel, ya que a estos personajes hacendados y de grandes poderes no les importa el bienestar de los que trabajan para ellos o el dolor que podían causar, solo les interesa su propio beneficio; es decir que su producción o llamémoslas riquezas eran lo único que importaba.

·     Pocos hombres de negocios han recibido entrenamiento en la ética para los negocios.
Uno de los personajes que sin duda alguna era el principal de aquellas épocas, era el reconocido ex presidente Ramón Castilla, quien procedió en su segundo gobierno a eliminar la migración de chinos al Perú, ya que era consciente de todos los abusos y maltratos cometidos hacia ellos como si fuesen seres de otra especie que no es humana. A través de un decreto expresó que desde aquel momento se encontraba terminantemente prohibido el ingreso de chinos al país, ya que se estaba atentando contra la integridad y sus derechos de estos inmigrantes.
Esto habla bien de este personaje ya que a pesar de ser un personaje ligado al poder, es consciente de los abusos cometidos.

·      Las malas prácticas de negocios tienen el potencial de infligir un enorme daño en las personas, comunidades y el medio ambiente.
Teniendo en cuenta las prohibiciones legales, como en 1853, y de las protestas internacionales, la llegada de los chinos al Perú fue continua y creciente. Y en este interés no sólo estaban los hacendados sino también los contratistas que vieron en el tráfico de peones chinos un negocio muy lucrativo. De este modo, entre 1849 y 1874, llegaron alrededor de 87 mil chinos a nuestro país.
Este negocio dañaba a las personas y además iba contra la ley, por ello podemos decir que era un negocio anti ético. En consecuencia, estas malas prácticas producían un enorme daño a las personas, comunidades y el medio ambiente, ya que estos semi-esclavos llegaban de una infernal travesía, que demoraba unos 120 días, los chinos eran transportados en embarcaciones que no reunían las condiciones adecuadas de higiene; además de encontrarse hacinados, muchos morían o se suicidaban. Esto originaba un contagio al llegar al Perú.

·     La ética para los negocios nos proporciona conocimientos que trascienden hacia otros campos de los negocios.
Con el pasar del tiempo luego de la llegada de los trabajadores chinos como semi-esclavos estos poco a poco utilizaron sus recursos para poder sobrevivir en un país donde los catalogaban como solo mano de obra barata. En el Perú, lo chinos son, actualmente, vistos como uno de los mayores negociantes, ya que cuentan con restaurantes (chifas), un chinatown, grandes empresas de hierro y otras variedades de negocios. Esto nos hace comprender que los gobiernos al pasar del tiempo optaron por la ética para los negocios proporcionándoles conocimientos los cuales permitieron el desarrollo de los chinos en el mercado peruano.

Introducción

Introducción
Los largos horarios y las condiciones de trabajo sin los debidos requisitos de seguridad e higiene pueden tener un alto costo sobre la salud, la seguridad y la vida familiar de los trabajadores. Hay numerosos indicios  que existe una grave explotación en las comunidades silenciosas de migrantes chinos. Los obstáculos lingüísticos, la falta de información, de asistencia y de acceso al sistema jurídico, el aislamiento de la sociedad de destino, su situación irregular y la deuda generada por el proceso de migración ilegal dejan a los trabajadores migrantes chinos irregulares expuestos a situaciones precarias, en las que puede producirse abusos.
Esta explotación se ha dado en diversas partes del mundo, asimismo En 1849 se inició la llegada de los culíes chinos, originada por la escasez de mano de obra en la agricultura debido a la abolición de la esclavitud por el Presidente Ramón Castilla. El destino no fue exclusivamente agrícola, en los primeros años se les destinó tanto a la agri­cultura como al trabajo en las islas guaneras y en la servi­dumbre urbana. Los obreros chinos permitieron un incremento notable de la producción de caña de azúcar y algodón debido a su conocimiento ancestral del trabajo agrícola y a su esfuerzo físico, esto permitió la estabilidad económica de sus patrones, la élite peruana.[]
Mediante ley de 1849 lla­mada "Ley China", se permitió el ingreso masivo de los trabaja­dores chinos. En octubre de 1849 acoderó en el puerto del Callao la barca danesa "Frederick Wilhem" trasladando a los primeros 75 culíes chinos al Perú. Entre los años 1849 a 1880 el lucrativo negocio de importar trabajadores desde China Imperial trajo entre 90 y 100 mil chinos al puerto del Callao y a otros puertos pe­ruanos.
Para hacer posible el traslado de toda esta población hubo un engaño legal que consistía en hacer firmar en la misma China un contrato a los incautos "co­lonos". Los contratos se firma­ban en condiciones de presión por deudas y, de manera gene­ral, en circunstancias de an­gustia individual de todo tipo. El Estado peruano otorgó a par­ticulares la facultad de importar esta mano de obra por interme­dio de concesiones mediante la suscripción de contratos. La contratación era la forma jurídica legal para obtener y utilizar la fuerza de trabajo de un culí. Consistía en un papel donde se precisaba los términos que se comprometían a cumplir tanto el chino como el contratista. Mediante esta forma jurídica el chino aceptaba, con su firma, trasladarse a otro país. Con evidentes engaños y por nece­sidad, el culí daba su firma en China al contratista o a uno de sus empleados y al momento de hacerlo recibía un dinero de adelanto. Con esta aceptación lo trasladaban al Perú donde de­bía trabajar para el propietario de una hacienda. 
Cuando finalizaban su contrato fueron pocos los que volvieron a trabajar en las haciendas, y si lo hacían era en condiciones diferentes, como peones libres o asalariados. Otros, con el poco dinero ahorrado, se dedicaron al pequeño comercio dentro o fuera de las haciendas. Muchos de estos abrieron su bodega para venderles opio y otros artículos a los mismos coolíes. Los que no escogían este camino se fueron asentando en los pueblos de la costa integrándose poco a poco, y no sin grandes problemas de adaptación y rechazo por el racismo existente contra ellos, a la vida de los peruanos. Por fin algunos pudieron formar familias pero sin abandonar sus valores tradicionales. Incluso dentro de las haciendas los coolíes recrearon sus costumbres ancestrales. Los hacendados no reprimieron esto y los dejaron continuar con su religión, celebrar sus fiestas (como el Año Nuevo chino) y fumar opio. Otras de las tareas que debieron cumplir los coolíes fue la extracción del guano en las islas de Chincha. Un informe de 1853 señalaba que había 600 coolíes laborando. A cada uno se le asignaba una cuota de 4 toneladas diarias de guano para entregar al borde de las escolleras, y por esa cantidad recibían 3 reales diarios (8 reales eran 1 peso) ; de este jornal se les retenía 2 reales para su ración de comida. El mismo informe describe los azotes que se daban con frecuencia a los coolíes y reconoce que no pasaba día sin que se produjera un intento de suicidio: se arrojaban de los acantilados en la creencia, según alguna mitología de la época, de que resucitarían en su propio país. Con el paso de los años fue aumentando el número de coolíes en las islas llegando a casi 800 a finales de los años 60. Pero a pesar de la dureza del trabajo, los chinos también lograron ganar espacio para recrear sus tradiciones. Ya a mediados de los años 50 habían logrado implementar un teatro en las islas de Chincha en el cual hacían sus presentaciones en sus días festivos. Acaso la misma gravedad de su sufrimiento alimentó esas formas de evasión festiva.
Hacia finales de la década de 1860 la inmigración china afrontó algunos problemas serios a nivel internacional. En 1869 hubo abiertas quejas del exterior y los informes daban suficiente evidencia de que se trataba de una forma velada de esclavitud. Aunque se abrió una polémica periodística en Estados Unidos el gobierno chino no protestó pues consideraba a los emigrantes como “apátridas”. También Inglaterra repudiaba el negocio chinero. En ese contexto el Perú intentó buscar contactos diplomáticos con China para explicar su posición.
A pesar de las protestas el Gobierno continuó permitiendo la formación de empresas desti­nadas al tráfico de culíes al Perú. Los chinos llegados al Perú entre 1855 a 1874, año en que se suspendió temporalmente, fueron:
·         1855 – 59      2,964
·         1860‑ 64      14,738
·         1865 ‑ 69     21,639
·         1870 ‑ 74     48,039
 Pero el escándalo llegó cuando en 1872 la embarcación nacional “María Luz”, que traía coolíes desde Macao, fue retenida cuando hacía escala en el puerto japonés de Yokohama. Todo se desató cuando un chino escapó de la nave y se refugió en un buque británico denunciando los malos tratos de que eran objeto los pasajeros del “María Luz”. Las autoridades japonesas embargaron el buque, su tripulación y su carga humana. Este hecho, de gran repercusión internacional, obligó al Perú a modificar sus leyes de inmigración y enviar una misión diplomática a China encabezada por el capitán Aurelio García y García.
Los últimos coolíes llegaron al Perú en 1874 y luego de la guerra con Chile, la población de origen chino fue diversificándose en las áreas urbanas y rurales de la costa peruana; al finalizar la guerra del Pacífico las condiciones de la población china fueron variando integrándose plenamente a la vida social peruana.